¿Qué origina el dedo en gatillo?
¿Te ha pasado que tu dedo se quede ‘atorado’ al moverlo? A esta condición se le llama dedo en el gatillo y le puede ocurrir a cualquiera. En realidad, es una condición que puede darle, y sorprender, a cualquiera, y no es más que un ligero problema en los tendones flexores y la polea que los guía. Aquí te hablaremos de por qué ocurre, a detalle.
¿Qué es el dedo en gatillo?
Ésta es una curiosa condición que afecta la funcionalidad de los dedos de la mano, en específico. Se llega a dar cuando la polea A1, la cual está ubicada en la base de los dedos en la zona en la que los metacarpios se encuentran con las falanges, se llega a engrosar o a dañar. Y es que dicha polea tiene un papel importante en permitir que los tendones flexores, lo que generan el movimiento de los dedos, se deslicen al mover las extremidades.
Sin embargo, en el caso de haber algún movimiento repentino y forzado, o de que haya un traumatismo, la polea se inflama y estrecha el espacio por el que debería de pasar el tendón.
Esto provoca, por así decirlo, una especie de “ahorcamiento” del tendón flexor. Debido a este engrosamiento. Dicha presión genera inflamación o tenosinovitis en el tendón. Esto, a su vez, genera una protuberancia en la zona afectada.
Con el tiempo, el tendón llega a tener dificultades para deslizarse por la polea engrosada, lo cual genera que el dedo se quede trabajado si intentas doblar o estirarlo. En muchos casos, para liberar el dedo, es necesario aplicar cierta fuerza, lo que produce dolor y es molesto.
A esto es a lo que se le llama “dedo en gatillo”, que sería la misma posición en la que el dedo estuviera posicionado si estuviera por activar el mecanismo de gallito de un arma de fuego.
¿Qué origina el dedo en gatillo?
En realidad no se da por una sola razón sino que usualmente es combinación de muchos factores que ponen a prueba la resistencia de los tendones y las poleas.
1. Repetición de movimientos forzados. Esta es una de las principales culpables de la situación, y está relacionada en cuándo se realiza un esfuerzo extra de los tendones flexores. Dicho esfuerzo se puede dar en actividades que implican el uso continuo de las manos como en la jardinería, o a la hora de tocar instrumentos musicales. Con el tiempo, este esfuerzo excesivo irrita a la polea A1. Y es que la irritación constante genera el engrosamiento o hipertrofia de la polea, lo que lleva a un “cuello de botella” que complica el paso del tendón. Dicho cambio en la estructura afecta al movimiento y, a su vez, puede hacer que el tendón flexor se lastime.
2. Los traumatismos. Un golpe directo en la mano, o alguna lesión previa en los dedos, llegan a dejar secuelas que predisponen al desarrollo de dicha condición. Pero también algunos factores médicos como la artritis o la diabetes reumatoide pueden aumentar las posibilidades de aumentarla. Esto porque se afecta la capacidad de los tejidos para repararse adecuadamente.
En otros casos no existe un evento específico que la origine, pero la exigencia diaria y el uso constante de las manos pueden ser suficientes. Por eso que es muy interesante cómo nuestras manos, que usualmente son tan resistentes y complejas, también tienen sus límites a la hora de enfrentar un esfuerzo prolongado o movimientos repentinos.

¿Cómo se atiende el dedo en el gatillo?
Primero se utilizan opciones conservadoras, que buscan aliviar los síntomas de forma no invasiva. Por ejemplo, reducir la inflamación de la polea A1, y del tendón, con la ayuda de terapias físicas.
Para esto se realizan ultrasonidos, radiofrecuencias y corrientes interferenciales; todas estas son técnicas creadas para mejorar la movilidad del dedo y, lo más importante, disminuir el dolor. En esta etapa la paciencia y la constancia son clave, ya que estos tratamientos pueden evitar necesitar otros más complejos.
Por otro lado, en caso de que dichos tratamientos iniciales no logren los resultados espacios, se pasa a una segunda línea de acción. En este punto se utilizan las infiltraciones. Dicho procedimiento consiste en aplicar una mezcla de anestésico y un antiinflamatorio esteroideo, directamente en la zona afectada. De esta manera se busca desinflamar la polea y que el mecanismo del dedo regrese a su movimiento original. Suele ser un recurso efectivo y realmente sencillo que brinda alivio.
En los casos menos comunes, donde estas primeras opciones no funcionen, tiene que hacerse una liberación quirúrgica. Dicho procedimiento consiste en hacer una ligera incisión para liberar la polea A1, lo que permite que el tendón se mueva libremente. Tras la cirugía, se coloca una férula para inmovilizar la zona, de manera que haya una correcta cicatrización.
El periodo de recuperación consta de 14 días, aproximadamente, y luego se retiran los puntos. Posteriormente de todos modos debe iniciarse terapia física para recuperar por completo la movilidad del dedo.
El traumatólogo Mariano Virgen te ayuda con el dedo en gatillo
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Desde el primer momento, el doctor analizará a fondo tu caso para planear el tratamiento a seguir. Si el problema está en una etapa temprana, propondrá las opciones conservadoras. En caso de que éstas no resulten pasará a las infiltraciones y, si la situación lo demanda, te ofrecerá una situación quirúrgica segura, en la que liberará la polea A1 mediante una incisión.
El Dr. Mariano Virgen es un médico profesional y serio que te brindará apoyo durante todo el proceso. Esto te asegurará que cada paso sea claro y cómodo.
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