El pie plano es una condición en la cual los arcos del pie están aplanados, permitiendo que toda la planta del pie tenga contacto con el suelo cuando la persona está de pie.
Esta afección puede ser congénita o desarrollarse con el tiempo debido a factores como la obesidad, el envejecimiento, lesiones o enfermedades que afectan los músculos y los tendones. En los niños, el pie plano es común y a menudo se corrige de manera natural sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, en adultos, llega a provocar dolor y problemas de movilidad si no se trata adecuadamente. El diagnóstico se realiza usualmente con un examen físico, pero también se utilizan radiografías para evaluar la estructura ósea del pie.
El tratamiento varía desde el uso de plantillas ortopédicas y ejercicios de fortalecimiento hasta intervenciones quirúrgicas en casos severos.