El menisco: ¿necesita cirugía?
En muchas ocasiones las lesiones que se presentan en el cuerpo pueden ser muy específicas, o centradas en un punto muy concreto. Y por eso, en muchos casos necesitan cirugía. Aquí te aclararemos por qué es importante la cirugía de menisco, y qué puede pasar si no la realizas.
¿Qué pasa si se me rompe el menisco?
Ésta es una parte crucial en la articulación de la rodilla. El menisco consiste en dos estructuras, las cuales tienen forma de media luna.
Dichas estructuras de cartílago actúan como amortiguadores naturales. Así distribuyen el peso y ayudan a estabilizar la rodilla mientras se encuentra en movimiento. Es por eso que la función principal del menisco es proteger al cartílago articular, con lo cual se genera un movimiento sin problemas en la rodilla.
En caso de lesionarse, su tratamiento depende de varios factores. En estos, principalmente, se encuentran la gravedad y el tipo de lesión. Pero también el nivel de actividad física y la edad son importantes.
Hay algunos casos en los que la lesión es leve y se puede optar por un enfoque conservador de reposo. Pero al mismo tiempo hay casos más graves, en los que los síntomas persisten y necesitan utilizarse opciones más invasivas como puede ser la cirugía. Dicha operación implica reparar el tejido dañado mediante suturas, o eliminar el fragmento dañado.
Es importante abordar adecuadamente las lesiones en el menisco para prevenir complicaciones a largo plazo, como el desarrollo de artritis en la articulación de la rodilla. Por lo tanto, si experimentas síntomas de una lesión en el menisco, es recomendable consultar a un profesional médico para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades individuales.
¿Dónde te duele cuando te rompes el menisco?
Uno de sus principales síntomas es el dolor en la rodilla. La sensación de dolor puede ser aguda o sorda y aumentar al realizar ciertos movimientos, como flexionar o girar la rodilla.
Además del dolor, es posible experimentar hinchazón alrededor de la rodilla afectada. Esta hinchazón puede deberse a la acumulación de líquido sinovial en la articulación como respuesta a la lesión en el menisco. La hinchazón puede causar sensación de rigidez en la rodilla y dificultad para moverla con normalidad.
Algunas personas pueden experimentar una sensación de “chasquido” o “clic” al mover la rodilla lesionada. Este sonido puede ser causado por el desplazamiento de un fragmento de menisco o por el roce de las superficies articulares anormales debido a la lesión.
Es importante tener en cuenta que los síntomas de una lesión en el menisco pueden variar de una persona a otra y pueden empeorar con el tiempo si no se tratan adecuadamente. Por lo tanto, si experimentas dolor persistente, hinchazón o problemas de movilidad en la rodilla, es recomendable buscar atención médica para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
¿Qué pasa si no te operas un menisco?
- Persistencia de síntomas: La ausencia de tratamiento quirúrgico para una lesión de menisco puede llevar a la persistencia de síntomas como dolor, hinchazón y rigidez en la rodilla afectada.
- Mayor riesgo de lesiones: Un menisco lesionado que no se opera puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones adicionales en la rodilla. La inestabilidad causada por la lesión puede predisponer a la articulación a daños más graves, como desgarros de ligamentos o deterioro del cartílago articular.
- Debilidad muscular: La falta de intervención quirúrgica puede contribuir a la debilidad muscular en las estructuras que rodean la rodilla. Esto se debe a la incapacidad de realizar movimientos normales debido al dolor y la limitación de movimiento asociados con la lesión de menisco.
- Desarrollo de osteoartritis: La lesión de menisco no tratada puede acelerar el desarrollo de osteoartritis en la rodilla afectada. La pérdida de la función adecuada del menisco puede provocar un desgaste prematuro del cartílago articular y, eventualmente, conducir a la degeneración de la articulación.
- Limitaciones en la actividad física: El dolor y la inestabilidad causados por una lesión de menisco sin tratar pueden limitar la capacidad de participar en actividades físicas y deportivas. Esto puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y en la salud general del individuo.
- Posible necesidad de cirugía más invasiva en el futuro: En algunos casos, si una lesión de menisco no se trata adecuadamente en etapas tempranas, puede requerir cirugías más invasivas en el futuro para abordar los problemas articulares subyacentes. Esto puede implicar procedimientos más extensos y una recuperación más prolongada.
¿Cuánto tarda en sanar un menisco sin cirugía?
Cuando se trata de la recuperación de una lesión de menisco sin recurrir a la cirugía, es fundamental comprender que el tiempo de sanación puede variar considerablemente. Factores como la gravedad de la lesión, la edad y salud general del individuo, así como el tipo de tratamiento conservador aplicado, influyen en el proceso de recuperación.
En casos de lesiones menores, la recuperación puede ser relativamente rápida. Se pueden observar mejoras significativas en unas pocas semanas a varios meses con el uso de medidas conservadoras como reposo, aplicación de hielo, compresión y elevación, junto con fisioterapia y ejercicios específicos para fortalecer la musculatura circundante.
Sin embargo, en lesiones más graves o en casos donde la lesión no responde adecuadamente al tratamiento conservador, el proceso de recuperación puede ser más prolongado. En estos casos, puede llevar varios meses hasta que el individuo experimente una mejoría considerable en los síntomas.
Como ya dijimos hay casos en que el menisco puede sanar sin necesidad de una cirugía. Pero en otros, la única manera en que se presente una recuperación completa, así como complicaciones a largo plazo, es a través de dicho procedimiento quirúrgico. Por lo tanto, la decisión de optar por la cirugía debe basarse en la evaluación individualizada de cada caso por parte de un profesional ortopedista, considerando factores como la gravedad de la lesión, las actividades y estilo de vida del paciente, así como sus objetivos de recuperación a largo plazo.
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