CIRUGÍA DE COLUMNA

La columna vertebral está compuesta por huesos, músculos, tendones y otros tejidos que van desde la base del cráneo hasta el cóccix. 

Su función principal es brindar soporte estructural al cuerpo, permitir el movimiento y proteger la médula espinal, que es la vía de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

Está formada por 33 vértebras divididas en diferentes regiones: cervical, torácica, lumbar, sacra y coccígea. Cada una está separada entre sí por discos intervertebrales que actúan como amortiguadores y facilitan la flexibilidad de la columna.

La columna vertebral puede lesionarse debido a accidentes, desgaste por la edad, enfermedades degenerativas, deformidades congénitas o problemas posturales prolongados. 

Todas las afecciones que surjan con la columna deben ser evaluadas por un especialista, quien, a través de exploraciones físicas, estudios de imagen y pruebas, revisa si hay compresión medular y determina el diagnóstico y el tratamiento adecuados.

En los casos severos de estas lesiones y cuando los tratamientos conservadores no ofrecen resultados, puede ser necesario recurrir a una cirugía para corregir el problema.

¿Cómo se realiza una cirugía de columna?

Dicha cirugía es un procedimiento médico especializado destinado a corregir problemas estructurales que afectan la estabilidad o el funcionamiento de la columna vertebral.

En la actualidad, se utilizan técnicas avanzadas, como la cirugía mínimamente invasiva, en la que se accede a las áreas afectadas con incisiones más pequeñas, reduciendo el trauma y acelerando la recuperación. 

Durante la cirugía, se utilizan herramientas precisas y tecnología de imagen avanzada para garantizar una correcta alineación y estabilización de la columna. 

Este método de sanación llega a mejorar la movilidad y corregir deformidades, aliviando el dolor al mismo tiempo. Es por eso que dicha cirugía, realizada por expertos, transforma la calidad de vida de un paciente.

En cambio, en los casos más complejos, se recurre a procedimientos quirúrgicos que permitan un acceso más amplio, pero que requieren de un mayor tiempo de recuperación. 

Dependiendo del diagnóstico, la intervención puede incluir descompresión de nervios o médula espinal, corrección de deformidades estructurales o reparación de discos dañados.

Beneficios de la cirugía de columna

Cuando se realiza correctamente una cirugía de columna, se consigue una serie de beneficios, entre ellos: eliminar el dolor, recuperar la movilidad y la flexibilidad, así como la corrección de la deformidad de postura y estabilidad corporal.

Además, ayuda a que se estabilice la columna vertebral para prevenir daños a futuro y, por lo tanto, mayor capacidad para retomar actividades cotidianas y laborales.

Patologías que pueden requerir de una cirugía de columna 

Una cirugía de columna soluciona las afecciones o problemas, como:

  • Estenosis espinal: Estrechamiento del canal vertebral que comprime la médula espinal o las raíces nerviosas.
  • Escoliosis: Desviación lateral anormal de la columna.
  • Hernias de disco: Desplazamiento del material interno del disco intervertebral, que puede presionar nervios y causar dolor intenso.
  • Fracturas vertebrales: Ocasionadas por accidentes, traumatismos o debilidad ósea (osteoporosis).
  • Espondilolistesis: Desplazamiento de una vértebra sobre otra, que puede provocar dolor y limitación de movimiento.

Recuperación y rehabilitación de la cirugía 

El tiempo de recuperación varía según el tipo de cirugía y la condición general del paciente. 

En procedimientos mínimamente invasivos, el alta hospitalaria puede darse en 24 o 48 horas, mientras que en las complejas, puede durar varios días.

Para el proceso de recuperación, suele incluir fisioterapia o ejercicios de estiramiento enfocados en espalda y abdomen para fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.

Además, se recomienda realizar actividades de bajo impacto y de postura para aprender qué movimientos se deben evitar para no dañar la columna vertebral.

Cuidados posteriores de una cirugía de columna

El éxito de una cirugía de columna a largo plazo también depende de los cuidados postoperatorios. 

Algunas de las recomendaciones que suele indicar el médico son:

  • Evitar levantar objetos pesados.
  • No realizar movimientos bruscos o giros repentinos.
  • Mantener una buena postura al sentarse, caminar y dormir para prevenir lesiones.
  • En caso de que el médico lo recomiende, usar faja o un soporte lumbar.
  • Realizar actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o hacer yoga.
  • Seguir el tratamiento personalizado de fisioterapia en el tiempo acordado, para fortalecer la musculatura de la espalda y el abdomen.

El principal objetivo de una cirugía de columna es restaurar la estabilidad, corregir deformidades, descartar problemas neuronales y aliviar el dolor, para poder mejorar la calidad de vida del paciente.

Cuando es realizada por profesionales de salud experimentados, que en este caso es un especialista en cirugía ortopédica y traumatología, y acompañada de un adecuado cuidado posoperatorio, se podrá garantizar la recuperación de la movilidad, prevenir lesiones o daños futuros y facilitar que el paciente retome sus actividades diarias sin limitaciones.