Características del Pie Equino Varo
El pie equino varo, también conocido como pie zambo, es una deformidad congénita en la cual el pie está inclinado hacia adentro y hacia abajo. Aquí te la explicaremos más a fondo y te daremos sus principales características.
¿Cómo describir un pie equino varo?
En esta condición, el pie toma una posición anormal que recuerda a la de un caballo, de ahí el término “equino”, que significa “relativo a caballo”. El término “varo” se refiere a una curvatura hacia adentro. Para comprender mejor esta condición, imaginemos la estructura normal del pie y las diferencias que se presentan en el pie equino varo.
Se cree que en las causas de esta afección están involucrados factores genéticos, o algunas anomalías durante el desarrollo embrionario. La detección temprana de esta deformidad es crucial para el tratamiento eficaz. Si un médico observa que un bebé tiene esta condición, el tratamiento suele comenzar poco después del nacimiento.
Su tratamiento implica técnicas como la manipulación y el uso de yesos correctivos que mejoran la posición del pie, pero de manera conjunta. Hay algunos casos en los que se necesita cirugía. El objetivo principal es lograr un pie que funcione correctamente y que permita caminar con normalidad.
Con un tratamiento adecuado y temprano, la mayoría de los niños con pie equino varo pueden alcanzar un nivel de funcionalidad que les permita llevar una vida normal y activa. Sin embargo, el seguimiento a largo plazo y la rehabilitación pueden ser necesarios para mantener la corrección y evitar complicaciones futuras.
¿Qué músculos afecta el pie equino varo?
El impacto más evidente se observa en el músculo tibial posterior, que se encuentra en la parte posterior e interna de la pierna. Este músculo mantiene el arco del pie y proporciona estabilidad al caminar; cuando el pie se encuentra en posición equina y varo tiende a estar tenso y acortado.
El músculo sóleo, que trabaja junto al gastrocnemio, también puede verse afectado. Al igual que el gastrocnemio, el sóleo participa en la flexión plantar, y su tensión puede agravar la posición anormal del pie. Además, la musculatura peronea, especialmente el peroneo largo y el peroneo corto, puede experimentar alteraciones.
Estos músculos, situados en la parte lateral de la pierna, suelen ayudar a estabilizar el pie y mantenerlo en una posición neutra. En el pie equino varo, estos músculos pueden ser más débiles o estar en tensión, ya que la inclinación del pie hacia adentro reduce su actividad normal.
Los músculos tibiales anterior y extensor largo de los dedos también se ven afectados, aunque de manera diferente. Estos músculos se encargan de la flexión dorsal del pie, o levantar el pie hacia arriba. Con el pie equino varo, la capacidad de estos músculos para funcionar correctamente se ve comprometida, dado que el pie está en posición descendente.
¿Cuántos tipos de pie equino varo hay?
Ésta es una condición congénita que puede presentarse en diferentes formas. Aunque a menudo se agrupan bajo el mismo nombre, existen varias clasificaciones que permiten entender mejor las diferencias entre cada tipo de pie equino varo. A continuación, se enumeran y describen algunos de los tipos más comunes.
- Pie equino varo congénito idiopático: Este tipo es el más frecuente y generalmente se diagnostica poco después del nacimiento. “Idiopático” significa que no se conoce una causa exacta para la deformidad. Suele afectar a ambos pies y está asociado con una combinación de factores genéticos y ambientales. Este tipo tiende a ser rígido, con una marcada inclinación del talón hacia adentro y la parte delantera del pie apuntando hacia abajo y hacia adentro.
- Pie equino varo neuromuscular: Este tipo está asociado con condiciones neuromusculares, como la espina bífida o la parálisis cerebral. A diferencia del idiopático, este tipo puede tener cierta flexibilidad, dependiendo de la causa subyacente y del grado de afectación neuromuscular. Aquí, el tratamiento puede ser más complejo porque implica abordar tanto la deformidad del pie como el trastorno neuromuscular.
- Pie equino varo sindrómico: Este tipo está relacionado con síndromes genéticos o trastornos congénitos que incluyen otras anomalías estructurales o de desarrollo. Algunos ejemplos de estos síndromes son el síndrome de Larsen o el síndrome de Edwards. Debido a su naturaleza sindrómica, este tipo puede implicar un tratamiento más intensivo y multidisciplinario.
- Pie equino varo adquirido: Es menos común pero no es congénito. Se desarrolla a lo largo de la vida debido a lesiones, infecciones o problemas neurológicos. Al ser una condición adquirida, el tratamiento puede ser diferente al de los otros tipos, centrándose en abordar la causa subyacente.
¿Cómo se diagnostica pie equino varo?
1. Evaluación física: El primer paso es un examen físico detallado del recién nacido o del niño pequeño. Los médicos observan la posición del pie, la alineación del talón y el arco, así como la dirección en la que apuntan los dedos del pie. Esta afección suele ser evidente, con el pie apuntando hacia abajo y hacia adentro, pero la evaluación física permite al médico evaluar el grado de rigidez y movilidad del pie.
2. Exámenes de imágenes: En algunos casos, se requieren imágenes médicas para obtener una vista más detallada de la estructura del pie y el tobillo. Los rayos X son una herramienta comúnmente utilizada para examinar la posición de los huesos y detectar cualquier malformación subyacente. A través de estos exámenes, los médicos pueden determinar la gravedad del pie equino varo y establecer un punto de referencia para el tratamiento.
3. Historia clínica y antecedentes familiares: Los médicos suelen preguntar sobre antecedentes familiares de esta afección u otras condiciones congénitas para evaluar la posible causa y el riesgo de recurrencia. Esta información puede ser útil para el diagnóstico y para aconsejar a los padres sobre el tratamiento y el pronóstico.
4. Exámenes neurológicos: En algunos casos, especialmente cuando se sospecha de pie equino varo neuromuscular, se realizan exámenes neurológicos para evaluar la función nerviosa y muscular. Estos exámenes pueden ayudar a identificar si la causa del pie equino varo está relacionada con un trastorno neurológico o una condición genética.
Cada uno de estos pasos es crucial para un diagnóstico preciso del pie equino varo y para establecer el plan de tratamiento más eficaz. El diagnóstico temprano permite un tratamiento más oportuno y aumenta las posibilidades de corrección exitosa de esta condición.
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