CADERA

La cadera es la articulación más grande del cuerpo humano; se compone del hueso coxal (acetábulo) y del hueso del muslo (fémur), por lo que es la parte que une la pierna con el tronco. 

Esta articulación es esferoidea, lo que le permite realizar una amplia gama de movimientos: flexión, extensión, abducción, aducción, rotación externa e interna. Eso la convierte en uno de los elementos claves para la movilidad, el equilibrio y la estabilidad del cuerpo.

La cadera es fuerte y resistente, pero puede llegar a dañarse con el paso de los años, por el sobreuso, traumatismos, lesiones o enfermedades que comprometen su funcionamiento o estructura, ocasionando, al mismo tiempo, dolores, rigidez y limitación de movimiento en las actividades diarias.

Las afecciones más comunes son fracturas, roturas, luxaciones, artrosis, bursitis, displasia, dislocaciones, distensiones, tendinitis, entre otros padecimientos.

Para poder diagnosticar y sanar una lesión de cadera, se necesita de la consulta y seguimiento con un traumatólogo ortopedista, quien realizará un examen físico y estudios de imagen (radiografías, resonancias magnéticas o tomografías), para posteriormente diseñar un tratamiento que vaya de acuerdo con la causa del dolor y con las necesidades del paciente, el cual puede incluir medicación, fisioterapia e incluso cirugía, para los casos más graves.